OFERTAS EN ALIMENTACIÓN: EL FAMOSO 6 X 1’50 €

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Ya han llegado las rebajas y este momento viene acompañado de una locura colectiva. El consumismo aparece de forma aplastante en muchos de nosotros, compramos cosas innecesarias porque están bien de precio, comprarnos dos cosas iguales por si acaso, incitamos a comprar a los demás… ¿pero esto solo pasa con la ropa, zapatos, accesorios? ¿O pasa con otros artículos?

La verdad es que pasa con muchas otras cosas y una de ellas y de la que vamos hablar es la del consumo desmesurado de alimentos que se hace al ver una oferta en un supermercado, en una panadería o incluso en las fruterías.

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Seguramente, muchos de vosotros habréis visto esta “súper” oferta que se ve en algunas cadenas de panaderías, donde pone: OFERTA 6 donuts/croissants/napolitanas por 1.50 €, entre muchas otras ofertas de pastelitos, tartas….

Yo me pregunto, ¿cómo es posible esto? ¿Cómo puede ser que 6 o 3 piezas de algún producto de bollería solo cueste 1.50€? ¿De qué están hechas? ¿Qué margen de beneficio tienen para venderlas a ese precio? Y para mí la más importante ¿es necesario comerse 3 unidades de bollería para saciar el hambre? ¿Me las comeré todas yo sólo?

No voy a entrar en la elaboración del producto, ni en la materia prima que utilizan para elaborar estos productos. De lo que quiero hablar es sobre lo que pensamos cuando nos encontramos en esta situación.

Imaginémonos una situación, bastante común y que se puede extrapolar a mucha gente, ya que estas cadenas están por todas partes: Son las 6 de la tarde y al salir del trabajo dirección al metro, nos encontramos con una de estas panaderías (mejor dicho tiendas) con esa pizarrita (como la de la foto) que tienen en la calle donde describen sus numerosas ofertas. Estas ofertas  son:

–   Tentadoras, ya que dan mucho producto a precio muy reducido. Por lo que el consumidor se siente atraído.

–   Llamativas, ya que los productos que ofertan tienen mucha salida tanto en adultos como en niños (os sorprenderíais cuánto).

–   Golosas, ya que estos productos tienen una palatabilidad muy agradable, por ser ricos en  azúcares y grasas (no entraré a discutir lo bueno o lo malo de estos productos).

–   Prácticas, ya que para mucha gente, el hecho de sólo necesitar una mano para comer y poder comerlo de camino es vital. Un dato a tener en cuenta, casi todos los alimentos que se consumen con una sola mano son bastante calóricos (a excepción de las frutas, una manzana también se come con una mano y se puede comer de camino).

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Tras leer la pizarra, pueden pasar varias cosas:

–        Que te hayas traído tu propia merienda (a poder ser saludable), por lo que no tienes hambre, pero de repente aparezca la tentación de consumir estos alimentos y pienses: – ¡Menudo ofertó! por 1.50 € mira todo lo que me llevo. Me lo compro, total es 1.50 €.

En este caso la pregunta que debes hacerte es ¿Realmente tengo hambre? ¿Necesito comerme 6 mini-donuts para acabar el día? ¿Qué puedo hacer con este 1.50 € en lugar de comprar esto?

–        Que vayas hambriento y que veas esta “súper” oferta y en un plis plas ingieras una cantidad de calorías indecente. Fíjate en la tabla y comprara algunos alimentos y verás a lo que me refiero

En este caso debes preguntarte ¿Puede haber en la tienda algo más saludable para paliar mi hambre? ¿Qué puedo hacer mañana para no comprarme este producto? ¿Qué es lo más recomendable para mi salud?

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Las estrategias comerciales son brutales y están diseñadas para hacernos comprar los que ellos quieren que compremos. Evidentemente, la industria alimentaria, panaderías, bares, fruterías, etc., también utilizan estas estrategias. Por ejemplo, encontramos 3×2 en tarros de mayonesa y kétchup; latas de refrescos azucaradas “gratis” si compramos los packs grandes, más 20% gratis en los paquetes de galletas o cereales…

Compramos cosas que no necesitamos y pasa lo siguiente: o bien nos las comemos y entonces estamos haciendo una ingesta superior a la necesaria, o bien se estropean y acabamos por tirarlas, por lo que acabamos tirando dinero. Y ese supuesto ahorro que habíamos hecho se convierte en pérdida. De las dos maneras perdemos: con una perdemos salud y con la otra perdemos dinero.

Visto esto, creo que en el momento de comprar productos alimentarios tendríamos que plantearnos varias preguntas:

–        ¿para qué he de comerme estos productos?

–        ¿la decisión la estoy tomando yo, o me están incitando a tomarla?

–        ¿tengo hambre o es deseo?

–        ¿necesito más de 1 unidad de este producto?

–        ¿voy a tener tiempo de consumirlo o lo voy que tener que tirarlo porque se estropeará?

–        ¿realmente estoy ahorrando dinero?

–        estoy ahorrando dinero pero perdiendo salud. ¿vale la pena?

Estamos CONSUMIDOS por el CONSUMO en todos los sentidos. Es momento de pensar que es lo que necesitamos y lo que no necesitamos, de esta manera compraremos lo imprescindible y velaremos por nuestra salud. Piensa de manera inteligente y compra de manera inteligente.

Eso sí, una vez al año no hace daño.

 Lara Lombarte

Nutritional Coaching

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