¿Por qué tenemos más riesgo de tener una infección alimentaria en verano?

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Durante la época de verano, organismos encargados de la seguridad alimentaria siempre nos alertan del peligro de las toxiinfecciones alimentarias. Las toxiinfecciones alimentarias son aquellas enfermedades que se transmiten a través de los alimentos ya sea porque estas contienen bacterias, toxinas u otros organismos patógenos. Estas enfermedades pueden causarnos sintomatologías como diarrea, dolores abdominales, náuseas y fiebre, entre otros.

El hecho de que se cree una alerta sobre las toxiinfecciones alimentarias en verano tiene que ver con la temperatura, y es que la mayoría de las bacterias son mesófilas, es decir, su temperatura óptima de crecimiento ronda entre los 20 y los 45 ºC.

Muchas veces se cree que, por la apariencia y olor de los alimentos, podemos saber si estos están o no en mal estado, pero muchas veces este no es el caso.

Para evitar sufrir una toxiinfección alimentaria, a continuación, señalaremos algunos consejos con respecto a la correcta manipulación de alimentos que nos servirán tanto en invierno como en verano, pero que especialmente en verano nos pueden salvar de más de un susto.

  • Lo primero que se debe hacer al comprar un alimento es examinarlo; leer la etiqueta, es decir, comprobar la fecha de caducidad o consumo preferente, y las condiciones de conservación y uso, que los alimentos envasados estén correctamente cerrados, y que las latas no estén abombadas.
  • Debemos consumir alimentos que han recibido un correcto tratamiento higiénico:
    • No debe consumirse leche que no se haya sometido a un tratamiento térmico previo
    • La carne, pescados y productos de repostería deben permanecer en refrigeración o congelación
    • Los huevos no deben lavarse con agua, y deben consumirse inmediatamente después de su preparación culinaria

  • Cocinar bien los alimentos de manera que la temperatura que se alcance en el centro del producto supere los 70º C al menos dos minutos, después, lo ideal sería consumir los alimentos justo después de ser cocinados, y si no es el caso o sobran, no deben nunca dejarse enfriar a temperatura ambiente, antes de pasadas 2 horas el alimento debe estar guardado en el refrigerador o congelador.  Si vas a hacer preparaciones que impliquen pescado crudo, cómpralo ya congelado o si es fresco, este debe conservarse previamente a – 20º C en el congelador durante al menos cinco días. Ten en cuenta que estas temperaturas sólo se alcanzan en frigoríficos de tres estrellas o más.

  • A la hora de recalentar los alimentos, se recomienda recalentar a temperatura máxima e incluso las preparaciones que tengan sopas o salsas, llevarlas hasta el punto de ebullición.
  • Evitar la contaminación cruzada. Los alimentos crudos y cocinados no pueden mezclarse, ya que un alimento cocinado puede contaminarse al entrar en contacto con el alimento crudo o con materiales que hayan manipulado a este (cuchillos, tablas, etc.)
  • Los animales son portadores de microorganismos que pueden ser patógenos, por lo que no se deben tener cerca de los alimentos.
  • Utilizar siempre agua potable tanto para beber como para cocinar.
  • No consumir alimentos perecederos que hayan estado a temperatura ambiente. Debemos asegurarnos que si vamos a consumir alimentos en algún establecimiento, estos deben estar protegidos en vitrinas o similares y a la temperatura correcta.

Bibliografía:

  • Organización Mundial de la Salud, (OMS)
  • Asociación Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, (AESAN)

Claudia Pérez Armada

Dietista-Nutricionista.

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